Un guardia forestal australiano inmortalizó el momento en que la serpiente se comía en un trabajoso proceso a su víctima. La digestión de semejante plato le puede llevar unos tres meses.
Paul O'Neill, empleado del Parque Nacional Nitmiluk, en el Territorio del Norte, en Australia, se convirtió en espectador del festín al escuchar los chillidos de alarma de los pájaros.